Personajes en una Boda (III) : La pareja a la que le ha ido bien…

En una boda no puede faltar la pareja, amigos o primos de alguno de los padres, que les ha ido bien.
Dicho esto, existen 2 variantes: los profesionales prestigiosos (médicos, notarios o dentistas) que cobran a millón la consulta de la índole que sea y simplemente se han forrado. Todo el mundo les conoce por su nombre y apellido, y hasta el periódico local, en el caso de las provincias, hace referencia a ellos cuando asisten a actos “sociales” o simplemente el día de Su santo (En la Gaceta Regional de Salamanca hay un tío que gusta de hacer este tipo de comentarios “Hoy día de San José, felicitamos al notario José Sánchez-Madrazo, al oftalmólogo José Montilla …. Y también a Pepe “Orejas” del Bar El Porvenir que hace unos callos con oreja… “, y en este plan)


La segunda variante, la forman “empresarios” de no se sabe muy bien qué, pero que igualmente están forrados. A estos segundos además les gusta que se note y a sus mujeres aún más. Estos empresarios de la hostelería en todas sus variantes ( la parte de la familia mal pensante siempre piensa que todo es una tapadera de cosas más turbias), la fontanería, la ventana con rotura de puente térmico o la Urbanización “Mirador del Arlanzón”, cuando van a una boda se hacen notar y a nadie dejan indiferente.

Tanto unos como otros tienen cochazos, si bien el de los primeros, por decir algo, suele ser un Mercedes Berlina enorme en color oscuro, mientras que los segundos desde hace unos años sólo pueden tener un Porsche Cayenne.

En una boda, sólo llegan hasta la puerta de la Iglesia el coche del novio, el de la novia, algún taxi para la tía coja y el cochazo del tipo de personaje que nos ocupa. Sin saber muy bien cómo, y aun en el caso de que la Iglesia esté en una calle peatonal, estos tipos cuelan el coche hasta la misma puerta. De este modo, y para fastidio de los novios, a la salida de la Iglesia, el interés de niños y parte del resto de invitados se concentra en mirar a través de los cristales del cochazo más que en fijarse en la bonita combinación “casual” del color del ramo de ella con la corbata de él. Vamos, que la gente pasa de los novios y para regocijo de los del segundo tipo, revolotean alrededor de su cochazo y en plan Precio Justo juegan a adivinar velocidad, potencia y precio de bólido.

Alguno con mayor grado de relación con el personaje o simplemente mayor atrevimiento, llega incluso a entablar conversación con el personaje acerca del coche y sus virtudes, lo que puede degenerar en conversaciones en mi opinión de lo más ridículo:
_ Qué bonito el coche. ¿Qué potencia tiene?
_ Si es una maravilla, y 250 Caballos
_ Pues sí que debe consumir. Yo me he comprado un Peugeot 407 de 180 CV y me hago Madrid – Valencia en 3 horas, y no me sale a más de 6 litros a los 100.
¿Qué pretende el capullo? ¿ Qué le cambien el Cayenne por el Peugeot 407 ?

Dejando atrás le tema del coche, la otra gran diferencia es cómo visten. La primera pareja va hecha un pincel, él con traje oscuro, camisa con gemelos y corbata clásica; ella con un traje que unánimemente es calificado por todas las invitadas como “elegantísmo” y que ninguna de ellas ha visto en sus sesiones previas por las tiendas de vestidos de la ciudad, y con 2 o 3 joyas muy discretas que sólo las muy enteradas son capaces de valorar en su justa medida ( grandes esmeraldas, grandes brillantes)

Por el contrario, los segundos, fieles a su costumbre de hacerse notar se visten de manera no propia para su edad y dando la nota.


Él acude con traje blanco, zapatos de reptil, camisa oscura o negra ajustada a su enorme tripa, en el peor de los casos con cuello tipo Mao o con chorreras, cadenorro de oro viéndose por la camisa abierta, pelo claramente teñido de negro zaino o rubio trigo y en el peor de los casos con una muy notoria depilación de cejas. Pese a que busque lo contrario, al final se convierte en todo un Torrente en limpio.


Ellas toman como modelo a la mujer del desaparecido Jesús Gil, Marujita Diaz o a Carmen de Mairena que tampoco hay tanta diferencia. La mujer ha aprovechado la bonanza económica del marido para comenzar una guerra inútil contra la edad que incluye aumento de pechos perpetrado por cirujanos plásticos provinciales. Por tanto el panorama es de partida exagerado y desolador. La ropa es inapropiada para su edad, con transparencias incompatibles con el buen gusto. Luce un moreno mitad Rayos UVA , mitad productos de estética que la aproximan al personaje de Lin Shaye en Algo Pasa con Mary ( La vecina de Mary con sobredosis de sol). Por último, sus joyas de oro rebosando los dedos y ahogándole el cuello y las gafas tamaño pantalla 42 pulgadas al estilo Rocío Jurado, hacen de ella una verdadera Puerta del Real de la feria de Sevilla.


No es fácil gestionar que vayan unos u otros a tu boda: los primeros harán que puedas salir mencionado en el periódico local, los segundos definitivamente te arruinarán la boda.