Y cuando las españolas deciden que algo se lleva , se lleva, pesea quien pese y haga la temperatura que haga, si no ahí tenéis a las muchachitas con sus shorts en pleno invierno salmantino con temperaturas bajo cero.

Ahora bien, como decía en mi post anterior, las botas no pueden ser cualquiera y ya tenemos una marca, que vale una pasta para lo que es, pero que ya tiene legiones de seguidoras : las botas Hunter.
A simple vista son unas botas de agua de toda la vida , vamos las katiuskas de cuando éramos pequeños. Y la cuestión es que lo son, o más bien lo eran , a pesar de que valen 90 euracos en sus modelos más sencillos.
La historia de esta marca es muy sencilla. Típica marca inglesa que hace sus botas de agua de toda la vida para los granjeros ingleses y que la casa real adopta para sus paseos por la lluviosa Escocia y las cacerías de zorros. Le ponen el escudito de Royal Appointment, de proveedores de la Casa Real, y siguen haciendo sus botas de agua como siempre.
En esto, los fashion e it girls de todo el mundo criticando: mira el Príncipe Carlos que pinta de pueblerino que sólo le falta la boina; mira la reina qué pintas de abuela de pueblo con las katiuskas; mira la Camilla que parece que viene de limpiar el corral de los gorrinos.
Pero a todo esto , la amiga Kate Moss que acostumbra a ir al festival de Glastonbury, famoso por su barro, desde hace un par de años se calza unas botas de la marca Hunter apareciendo en las portadas de todos los medios.
Y entonces sí, los trendys empiezan a darle vueltas al asunto. El siguiente año unas cuantas famosas más se calzan las botas; los trendys empiezan a buscar las dichosas botas en su ciudad y el hijo marica del dueño de Hunter vuelve a la empresa de papá como responsable de diseño de la marca. Crea página on-line para vender en el exterior y las empieza a customizar poniéndole cuadros escoceses y lacitos. Y ahorá sí, ahora molan y todo el mundo quiere tener sus Hunter.
Ya os decía en el post anterior que las había visto en el Corte-Inglés, pero resulta que hasta el año pasado eran un objeto codiciado, buscado en Internet y motivo de consulta en foros de moda.
