domingo, marzo 25, 2007

Y para finalizar : La guitarra parroquial


Termino mi serie de instrumentos musicales, con el que solía aparecer tras el triángulo, la pandereta, la flauta dulce y el casiotone: la guitarra

La guitarra ha tenido dos vías de entrada en la vida de los españolitos no andaluces ( en estos las ferias, el Rocío y los finitos han sido los principales culpables) : uno los coros parroquiales, como el de la foto que acompaña al post , y otro los Cursos de guitarra CCC.

En ambos casos el principal y casi único objetivo no era el de convertirse en virtuosos musicales, sino el de convertirse en el Don Juan del barrio o la parroquia superando acnés, gafas y cualquier cosa que se interpusiera entre el pollo y las chavalitas monas del lugar.

La gran diferencia obviamente llegaba en el repertorio inicial. El guitarrista parroquial se entretenía con el ‘Alabaré, Alabaré’ aunque su gran aportación fueron las horrorosas versiones parroquiales del Help ( ‘Santo, Santo’ en su versión dominical), y ‘Blowing in the wind’ ( ‘ Saber que vendrá, saber que estará, partiendo a los pobres su pan ‘!!!!!!!!) . Pobre Bob....


El truco estaba en compensar la asistencia a bautizos, bodas, comuniones y misas de doce con los ensayos (el antes y el después era el terreno perfecto donde atacar), y sobretodo con los campamentos parroquiales.

Prometo un post sobre este tema, pero por ligarlo al post actual, en todos los campamentos había misas de campaña en medio del campo, a pleno sol y con plaga de mosquitos sobre el lugar;el cura a la sombra de un árbol y los chavalillos al sol, y allí siempre había un grupo parroquial que alargaba la misa semanal o diaria hasta límites insospechados.

Sin embargo, en la noche, aprovechando la oscuridad, que es el mejor remedio contra el acné juvenil, el guitarrista parroquial se sentaba en algún lugar apartado, con las más guapillas del campamento, y cambiaba radicalmente su repertorio.
De repente, su ‘Alabaré’ y su ‘Saber que estará’ se transformaba en baladas tipo ‘Yolanda’ o cualquiera de las de Duncan Dhu ( cuando se pretendía llegar al momento Kleenex, tenía que ser "Esos ojos negros", aunque fueran rubias y ojos azules); y para rematar, alguna de Hombres G que tenían gran predicamento con las féminas. "Sufre Mamón" tenía gran éxito ya que cada una asociaba al mamón con el último cabrón que las había dejado por la pija del Instituto que no tenía que llevar uniforme de Teresiana como ellas.
Otros grandes referentes de estas noches de guitarra, eran las canciones del ínclito Perales ( la del velero) y para los muy ‘in’ ( que después se iban de campamento de idiomas a Inglaterra) las baladas rock/heavy tipo ‘More than words’ o ‘Starway to heaven’.

Muchos nunca llegamos a involucrarnos en este ambiente, y siempre miramos con envidia estos pollos llenos de granos tocando noñerías con todas las cachondas del lugar alrededor. Algunos, entonces abrieron la segunda vía, se dijeron, yo también puedo, y se apuntaron al curso CCC de guitarra en el que hasta un mono era capaz de tocarla.

El resultado en este segundo grupo fue muy poco exitoso pues no era plan de ir a todos lados con la guitarra, no tenías la excusa que sí tenían los parroquiales: ahora estoy de ensayo, ahora de acampada donde toco en la misa, ahora de bautizo…

Por eso, muy pronto la guitarra iniciaba el lamentable camino del abandono que ya he comentado previamente: armario, altillo, trastero, casa del pueblo y rastrillo popular y a lo peor acababa colgada en algún tablao para turistas japoneses en Toledo ( que los hay).
No es justo que por encima de Despeñaperros, las guitarras hayan tenido que alimentarse del repertorio parroquial acompañado del de Duncan Dhu. Recemos una oración por ellas:"Saber que vendrá, saber que estará, partiendo a los pobres su pan ..."

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