jueves, septiembre 12, 2013

Como un burro a la puerta del hacendado

Con una Salamanca metida de lleno en sus ferias y fiestas anuales, un hecho insólito ha venido a conmocionar a sus apacibles habitantes. En una ciudad tranquila, donde los abuelos después de hacer "las labores" bajan a dar un paseo,  tras el cual reposan en el banco frente al Mercadona, un visitante inesperado ha venido a romper la monotonía diaria: de casa al banco y del banco a casa.

Tranquilos, no es necesaria la presencia de Iker Jimenez,  ni creo que sea un hecho a ocultar por el ministerio de defensa. Ese visitante inesperado que ha hecho actuar a los agentes del orden de Salamanca, ha sido un "burro".

Sí, un "burro", ese peligrosísimo animal que hizo poner en guardia a la amable señora que aparece en la foto. Ella, que ya se había llevado un primer sofoco esa mañana  al ver pasar por la avenida Villamayor a su nieta  vestida con unos shorts vaqueros, unos shorts vaqueros que a duras penas llegaban a tapar toda la anatomía glútea de su niña, sufría este segundo susto al ver frente a su banco del Mercadona un  "burro"  atado al castaño de indias  que preside la entrada de tan carismático negocio.

El "burro" no solo obvió a la señora, que aun así seguía alerta a las evoluciones del mismo, sino que se entretuvo pastando placidamente el cesped que rodea  al árbol, mostrándose indiferente a  la abundante presencia de cacas de perro que pueblan dicho parterre. Lo que sigue podría ser perfectamente la crónica del periodista local mezclado con el parte oficial dado por la comisaría.

Personados en el lugar de los hechos 2 miembros del cuerpo municipal de policía, comprobaron que efectivamente,  y tal como habían notificado al 112 varias llamadas de ciudadanos alarmados, en la Avenida Villamayor, a la altura de su número 31 y frente a un conocido local comercial perteneciente a una popular cadena de supermercados, había un équido contraviniendo la ordenanza municipal relativa a la presencia de animales no domésticos en la vía pública. Aclarado el caso con las propietarias del mismo, se les devolvió el animal y Concha, la señora de verde, pudo volver a su posición natural analizando la moda juvenil de los numerosos estudiantes que a esas horas suben y bajan dicha calle camino del cercano Campus Unamuno.

Pues bien, ni es un burro, porque es un mulo, ni creo que la cosa de para que 2 super-policías dejen de "apatrullar" las calles. Dejando de lado el hecho de que periodista y policías hayan confundido un mulo con un burro ( ya se que en las oposiciones se les pide que salten mucho, no que sean seguidores de los documentales de la National ) , la explicación de esta "noticia" es muy sencilla.

El bicho es de unas guiris que hacían el Camino de Santiago utilizando al jamelgo como porteador de sus enseres. Al pasar por Salamanca decidieron probar las excelencias de las hidratantes Deliplús y dado que en la zona verde el bicho  no se estaba quieto, ni quería coger el ticket de aparcamiento entre sus dientes, decidieron dejarlo pastando a la puerta del súper mientras ellas se aprovisionaban de cremas Deliplús y galletas Hacendado. Al salir se encontraron el pollo montado, con la poli y varios jubilados rodeando al mulo.

No se cómo acabó exactamente la historia, pero conociendo a los municipales charros me lo puedo imaginar. Seguro que uno de ellos , sin quitarse su gafas de sol  Rayban,  insistió en llevarse el bicho a la protectora de animales  a menos que la guiri fea pagara una multa desorbitada. Sólo la salida del súper de la segunda guiri, con un bronceado escote curtido los días previos por el sol del camino, y mucho más agraciada fisicamente que su compañera, evitó la retirada del animalito y el pago de la multa, obteniendo incluso escolta por parte de ambos policías hasta la salida de ambas y el mulo  del término municipal.

Y es que ya veis, los modernos pueden ir por ahí con sus bicis G.A.C. antiguas y sus sombreritos, sin el preceptivo casco, pero 2 simpáticas guiris que utilizan un medio de transporte ecológico y sostenible se ven en una situación embarazosa cuando llegan a una ciudad española.

Desde aquí abogo por que en las próximas reformas de calles, además de incluir aparcamientos para vespas y carriles bicis para que paseen los abuelos, se construya mobiliario urbano que permita atar a los burros y mulos de una manera decente y sin poner en peligro al resto de vehículos y peatones. Seguro que los Carrefour Planet también pueden incluirlos y de este modo favoreceremos el uso de estos animales tan ecológicos y leales. ( Se adjunta foto del modelo propuesto para parques, supermercados  y oficinas de negocio)

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