Yo
siempre he sido muy de Billy Wilder, no sé si como Trueba hasta creer en él,
pero desde luego que alguna de sus películas como "Un, dos, tres" se
encuentran muy arriba en mi lista de películas favoritas. Pues bien, Billy hizo
una maravillosa película, que si sois seguidores de este blog seguro habéis
visto, llamada "El apartamento", en la que un gris contable de una multinacional, interpretado por un
genial Jack Lemmon, consigue ir
ascendiendo en la organización ganándose el favor de sus jefes al cederles su
modesto apartamento como picadero para sus rollos extra matrimoniales.
Recordaba
esta película la semana pasada cuando saltaba a los medios el asunto del duplex
de Juancar y Corinna, y me imaginaba toda la intra historia de personajes
secundarios, como el personaje de Jack Lemon, enterados del Duplex de Juancar:
escoltas que sin quitarse el pinganillo ni las gafas de sol rajaban del duplex
al tercer "brugalcola" cuando salían de copas con sus cuñados en
Navidad; señoras de la limpieza acordándose apenadas de Mari Sofí de Grecia ,
mientras se tiraban sobre la cama aún
desecha del duplex, llamaban zorra a Corinna y se imaginaban "reinas"por
un rato poniéndose las pantuflas de leopardo de Corinna; secretarios de la Casa
guardando la llave del pisito con extrañas codificaciones en la etiqueta para que Froilan no la encontrara y
se llevase a la casa del yayo a alguna
moza pechugona del Joy Eslava; militares de la Casa del Rey cuyos abuelos fueron héroes
de la guerra de Cuba , alojados en Suiza de incógnito con equipamiento Quechua Travesía en los apartamentos Edelweiss y teniendo que salir a media noche a comprar HagenDazs de vainilla con
nueces de macadamia porque se le habían antojado a Corinna.
O ese chofer
aparcado a la puerta del edificio donde está el duplex, en la oscuridad de la
noche Suiza, con gafas de sol y las luces apagadas, oyendo en la radio un festival de cantos
tiroleses y whatsappeando con su parienta que está viendo el Deluxe en
Moratalaz; O ese asistente de la guardia real que se quedaba en el pasillo del
duplex por si hacía falta algo, jugando a la pocha con los escoltas y que nunca
encontraba 5 minutos libres para comprar un Toblerone a su novia que pasaba sus
ausencias viendo series en el sofá del chalet en el Pardo.
Todos ellos lo
sabían, pero no ha sido TT hasta que PedroJ. y su nuevo periódico han decidido
sacar el reportaje de marras para regocijo de Twitter y los que llevan la
bandera republicana en su foto de perfil desde el año pasado. Yo no llevo la
tricolor en el perfil , pues soy de otro republicanismo, pero debo confesar que
también me produce regocijo.
Hay
que reconocer en primer lugar el buen gusto a la hora de elegir la ubicación
del pisito. No estaba en ningún polígono industrial, como ese hotel por horas
llamado Zouk, picadero del proletariado, que está entre el centro logístico de
Mercadona Centro, la línea de cercanías C2 Guadalajara, una fábrica de
aislantes post-poliuretano y la ITV de Azuqueca de Henares. No, no es lo mismo
ver las montañas nevadas de los Alpes suizos que el atasco de la A2 y el Carrefour de la salida de Alovera.
El
duplex es como muy de película de James Bond. Es fácil imaginarse en ese salón
y chimenea a Sean Connery, tomando su Martini vestido de smoking mientras sale
de una de las habitaciones una señorita en picardías , con acento
"guso" según el concepto de acento ruso del doblaje español, se
abalanza sobre él en el sofá y se funde la imagen con la llama de la chimenea,
siendo la siguiente imagen un despertar de ella levemente despeinada,
maquilladísima, descalza y rodeada con una casta sábana blanca haciéndole en
el escote un perfecto palabra de honor.
Y
digo Sean Connery y no Craig de modo consciente, pues tiene tufillo a viejuno,
a flores de papel, pantalón sobaquero de color rojo y estola de armiño. Vamos,
muy estilo JuanCar, aunque de ser otras circunstancias hubiera dado para primer
reportaje del Hola: "JuanCar y Corinna nos muestran su exclusivo duplex en
los Alpes Suizos", acompañado de fotos de ambos en el salón con la
chimenea encendida y libros cerrados sobre la mesa, otra desayunando uvas en la
terraza con cara de frío, gorro ruso de armiño blanco y la nieve rebosando en el balcón y una foto de Corinna en su tocador dándose polvos en la
cara con un vestido de
lentejuelas.
Para
mí gusto se han pasado con la madera. Demasiado pino para no ser un ataúd.
Acaba pareciendo la casa de Papa Noel o el stand de Navidad del Corte Ingles en
Serrano. Cierto que la madera es cien veces más higiénica que la moqueta, pero a mí el olor a barniz y los ruidos de la
madera me perturban, no me dejan descansar. Por no hablar del riesgo de
incendio, con la pasión y calor que debía desprender la pareja.
Otra
mala idea en el caso de ancianos es lo del duplex. Ancianos + escaleras +
prótesis de cadera = Nueva prótesis de cadera. Y si nos atenemos al historial
de JuanCar , no hay motivos para ser optimista. Seguro que fue cosa de Cori,
que se lo vendió con la historia de que tenía ascensor, pero la realidad es que Juancar ha usado el
guardaesquis solo para guardar sus muletas, y sus andares raros no se han debido
a las botas de esquí sino a las escayolas.
Pero
de todo lo que he visto, lo que peor me parece, la mayor bajeza, es colocar en
el centro del salón 2 preciosas cornamentas de gamo. Os imagináis a Mari Sofi
viendo estas fotos ? Sí, exclamó "Jroña , que Jroña"