Mira que estaba yo tranquilo, con mi blog abandonado. Hubo intentos desde varios puntos del planeta para que volviera: Corinna realizó una aparición estelar vestida a lo Paloma San Basilio para confesar al mundo, y a El Mundo, que tenía una amistad entrañable y muy rentable con Juancar, pero resistí; los cardenales eligieron a un nuevo Papa "clavaito" a Mortadelo y eligió el nombre del último ganador español de un festival de la canción,pero seguí impertérrito; cayó Chavez que transmutó en colibrí silbador, y el vociferante Maduro,tan capacitado para vender bragas a gritos en el rastro pero al que solo le falta la mula con el café para parecer Juan Valdez, subió al poder, pero no era suficiente para volver. Hasta mi admirada Molinos sacó un libro, que estuve a punto de ganar en una bonita pero amañada rifa organizada por el no suficientemente valorado Hombre Revenido , pero estaba imperturbable, ajeno a los estímulos externos. Hasta anoche.
Anoche vi uno de esos anuncios que nada más verlos piensas que son lamentables, pero que seguro triunfará bajo el axioma publicitario de que se hable de ellos aunque sea mal. Si alguno no ha tenido la mala suerte de toparse con él, ya que asumo que los lectores de este blog son fieles seguidores de La2, aquí os lo traigo:
Cierto es que poco se podía esperar de una marca cuyo nombre incluye una falta de ortografía tan injustificada como la de las tiendas Abla de Telefonica, y que hace bollería industrial de bajísima calidad, pero el doble sentido del dulce alegrándose de ver a las muchachas al volante y la justificación del nene "Por si te apetece comer algo" es de lo más bochornoso que he visto en la tele últimamente, y mira que estaba bajo el listón.
