Personajes en una Boda (XIV): El cura amigo de la familia

Bien, lo primero es que debo reconocer una inexactitud en el título del post, ya que no debería decir de la familia, sino de "una de las familias".

Pero esto, antes de la boda, con el subidón de los preparativos y tal, nadie lo sabe. No hay dos familias sino una sola y si hay un cura es el de la familia.

Sin embargo, esto empieza a estar claro en cuanto comienza la ceremonia. Y es que este cura sólo se acuerda de los abuelos difuntos de una de las familias; cuando habla en la homilía sólo conoce el bautizo, las anécdotas de la primera comunión y las tribulaciones de la adolescencia de uno de los novios; y a la hora de alabar la educación y los buenos modales, se deshace en elogios con los padres de una de las familias. Todos, los difuntos, el novio y los padres de "una de las familias", y en esa familia suele suceder que quien más y quien menos acaba echando unas lagrimitas.

Pero claro, la "otra familia" está que se sube por la paredes, especialmente la madre: "porque mira que te dije que teníamos que habérselo dicho al cura del pueblo, que es muy majete, enterró a tus abuelos y nos tiene mucho aprecio desde que pusimos 20.000 pesetas para restaurar el manto de la virgen,.... ". Pero ya es demasiado tarde, y la mitad de los invitados claramente constatan que el cura es de la "otra familia" y se pasan media boda oyendo hablar de gente que no conocen.

No digamos ya si encima el cura no sólo es conocido sino que es un familiar,como por ejemplo un tío misionero en el Perú o algo así. En este caso, además de todo lo anterior, lo que ocurre es que este hombre recién aterrizado del Perú ha aterrizado en cuerpo, pero no en mente, que sigue en el Perú, y confunde la boda de su sobrino con un alegato contra las diferencias entre el primer y el tercer mundo. Cuestión esta que nunca viene mal recordarla, pero claro, minutos antes de calzarte una langosta y un solomillo con foie , como que no pega y genera desasosiego entre los propios familiares.

También puede ocurrir lo contrario, y es que de modo inexplicable este sacerdote traído por cercanía a la familia, que ha comido miles de veces en casa; que ha casado, bautizado y enterrado a toda la familia;llega a la boda y saca el papel que leyó la semana anterior en la boda de una pareja de su parroquia a la que no conocía de nada.Esto obviamente genera decepción y hasta enfado en la familia "patrocinadora" del sacerdote, que lo había traído para que recordara lo bueno y majetes que son toda la familia.

Como muchas familias están ya avisadas, no pocas veces hay más de un sacerdote , uno por cada familia, que hacen de la misa una especie de remedo de las "peleas de gallos" de los raperos. Esto sólo se ve trastocado cuando una de las familias tira de abolengo y networking y se trae nada menos que un obispo con su parafernalia de gorros y ayudantes, que debo confesar que queda realmente espectacular.En estos casos, y he visto al menos una boda con este despliegue, el cura de la otra familia adopta una postura de peloteo ante el obispo que he visto en muy pocos ámbitos profesionales. Cosas de la jerarquía eclesiástica.

El sacerdote suele tener un rumbo errático una vez termina la ceremonia. Normalmente lo cuelan en la mesa más aburrida y de mayor edad media de la boda, por eso de que "las abuelas son muy cristianas y van mucho a a misa, pues que coman con el cura". Y obviamente, después de una cena tan animada, y dado que no sería muy coherente que se lanzara por pasodobles con una de las tías santurronas, ni que liderara la conga, aprovecha la primera ocasión que puede para justificarse con un entierro o bautizo muy temprano al día siguiente y desaparecer.